viernes, 1 de abril de 2011

¿Que son fatiseos?


-Yito, ¿que son fatiseos?
-¿Fatiseos?
- Si, esos que bailan en las calles.
-Aaah fariseos, emmm estem pues ellos emm son emm…
-¿Son mostros?
-No, ellos no son monstruos, pero tampoco son como nosotros…
-¿Son ángeles o demonios?
-Emmm, ninguna de los dos, mira te contaré una historia…

Hace mucho tiempo pocos hombres sobrevivieron durante el gran diluvio, solo aquellos allegados a Noe que tuvieron un alma pura y aquellos que se acercaron a otro poder que no era el de dios…

Cuando el Innombrable se dio cuenta que Dios pensaba dejar caer un diluvio si los humanos continuaban con su degeneración,  inculco en un puñado de hombres los mas viles principios: envidia, crueldad, racismo, avaricia, promiscuidad para que los esparcieran entre sus tribus y asi Dios se decidiera a dejar caer el diluvio.

A cambio de sus almas se les prometió cuidarlos cuando el momento llegara, para que ellos no perecieran en el gran evento.
Cuando el diluvio cayo ellos fueron protegidos como se les prometió, pero cuando todo paso fueron dejados a la vista de dios y sin protección alguna.

Dios juzgo aquellos seres repulsivos por no tener alma, los miro sin objetivo alguno ni bondad en sus corazones, miro tristeza en sus ojos y una pena inmensa. Su castigo debería ser eterno, pero Dios en su incomprensible misericordia les otorgo una nueva oportunidad: Serian medidos con una vara del árbol que ellos mismos sembraron. Se les permitió tomar de nuevo sus almas, pero  para ello tenían solamente que cruzar el Río Santo, que en sus aguas solo podían nadar seres de alma pura y sin mancha.

Ellos no eran puros ni siquiera tenían alma. Existía otra única manera de cruzar: através de una lancha, pero el peaje que se pedía era equitativo a la impureza del ser.
A cada uno se le pidió cuarenta veces la cantidad del arca de Noe llena de monedas para poder cruzar.

Las monedas solo las podían adquirir gracias al buen corazón de los humanos, no podrían adquirirlas de otra forma y solo se les permitiría caminar por el mundo cuarenta días al año para recabar su cuota.

Si una persona normal viera sus rostros vería en sus ojos su falta de alma, lo que causaría terror y jamás podrían juntar su cuota, por eso llevan mascara.

No hablan porque ellos ya no tienen voz, ya que la voz es la interpretación de nuestros pensamientos por parte de nuestra alma.

Por eso cada año veras menos, porque poco a poco algunos logran obtener suficientes monedas para pagar el peaje de regreso hacia su alma…